domingo, 21 de octubre de 2012

MI JUGADOR FAVORITO ERA AIMAR


De mi niñez, no hace muchos años, recuerdo a grandes jugadores. Mi infancia futbolística coincidió con una época en la que Zidane maravillaba con sus regates, Valerón decidía con sus pases, Ronaldo resolvía con sus goles, Casillas asombraba con sus paradas, Pablo Alfaro intimidaba con su juego duro, y Pino Zamorano encendía a la grada con sus polémicos arbitrajes. También coincidió con el nacimiento de grandes estrellas como Iniesta, Ronaldinho, Messi o Cristiano Ronaldo. Mucho fútbol y muchos nombres, pero a mi me enamoró un joven argentino nacido en Río Cuarto, que aterrizó en Mestalla con tan sólo 20 años tras abandonar el club que le dio a conocer, River Plate. Sí, hablo de Pablito Aimar.

En uno de los ciclos más gloriosos que recuerdan los aficionados valencianistas, un pequeño mago brilló con luz propia sobre el césped de Mestalla. Y lo hizo en una plantilla donde la pizarra ganaba por goleada a la imaginación. Entre los Ayala, Pellegrino, Carboni, Albelda, Baraja... estaba Aimar, el jugador diferente, el pincel que pintaba los pequeños detalles tras las capas de colores trabajadas por las brochas y los rodillos. Con el número 21 a la espalda, un dorsal que ha marcado a todos los valencianistas, el pibe pasó seis años en la Capital del Turia bajo regates, asistencias, goles, vertiginosos cambios de ritmo y espectaculares controles al alcance de pocos. Llegó a ser nombrado "el sucesor" de Diego Armando Maradona y es que Argentina veía en Pablito una nueva esperanza, un nuevo líder, un nuevo futbolista para la historia. Su sonrisa iluminó el camino de muchos.

Quizá su excesiva humildad y falta de descaro fueron sus peores aliados para no lograr esa meta que muchos le habían marcado y que ha acabado logrando Leo Messi. Un Messi que, por cierto, declaró en su día que su ídolo de infancia fue, precisamente, Pablo Aimar. También ha sido mi ídolo, y lo sigue siendo, pese a haber caído en el olvido con el Benfica. Aimar fue el primer mago que logró hacerme levantar de mi asiento, el primero en hacerme ver la verdadera exquisitez de este bello deporte. Muchos prefieren a Silva, su versión más cercana en la reciente historia del València. Yo siempre lo he tenido claro. Cuesta encontrar las palabras exactas para definir a Pablito Aimar. Creo que el autor de esta poesía dio en el clavo: