domingo, 11 de noviembre de 2012

LA MALA EDUCACIÓN


Considero a José Mourinho uno de los tres mejores técnicos del fútbol actual, junto a Pep Guardiola y Rafa Benítez. Ser campeón de liga con cuatro equipos distintos en cuatro países diferentes, en las competiciones más valoradas de Europa, no es casualidad, ni mucho menos. Allá por donde ha ido, Mou ha dejado una huella imborrable, un estilo particular, una metodología de trabajo personal y triunfos, muchos triunfos. Pero otro de sus logros ha sido el de no dejar a nadie nunca indiferente. Como dice Risto Mejide, "si al hablar no has molestado a nadie, es porque no has dicho nada". Pues bien, Mourinho siempre dice "algo".

Sus últimos años en el Real Madrid no han hecho más que incrementar esta fama de descarado, soberbio e irrespetuoso, adjetivos que en muchas ocasiones se le atribuyen al técnico portugués. Del mítico "por qué" a la lista de los trece errores de Clos Gómez, pasando por el no menos escandaloso y recordado dedo en el ojo de "Pito" Vilanova, jugando la Supercopa en el Camp Nou. Se podría hacer una gran lista con todas las acciones polémicas y reprobables que ha protagonizado el bueno de José. Su última cruzada ha tenido como enemigo principal al entrenador del Real Madrid Castilla, Alberto Toril. El responsable del equipo filial, según Mou, debe obedecer y amoldarse al estilo que se propone en la primera plantilla para favorecer, así, la presencia de jugadores de cantera en el Santiago Bernabeu. Dicen que los platos sucios se lavan en casa, y no había necesidad de protagonizar una cruzada pública, ante todos los medios de comunicación, contra Toril. Aunque en el fondo de la cuestión tenía gran parte de razón, a Mourinho le volvieron a fallar las formas.      

No obstante, quienes más han sufrido, sufren, y todo hace indicar que seguirán sufriendo la ira, el desprecio y la mala educación de José Mourinho son los periodistas. Estos profesionales de la información son el blanco principal del portugués, que nunca ha dudado en atacarlos y menospreciarlos en las ruedas de prensa. Alguien debería enseñarle modales al señor Mourinho. Muchos aficionados madridistas empiezan ya a estar cansados de la actitud del entrenador. También lo están, y mucho, los propios periodistas. Parece ser que Mou no entiende que estos comunicadores pueden ser sus mayores aliados, pero también sus mayores verdugos en una guerra absurda que no beneficia a nadie, que promueve la prensa rosa en el mundo del fútbol y que está rebajando en exceso la categoría de un club como el Real Madrid. 

Alguien debería pararle los pies a Mourinho. Pero parece que el presidente, Florentino Pérez, no está por la labor. Y será así mientras los resultados acompañen, los títulos lleguen, y los aficionados sigan sin darse la vuelta.