lunes, 7 de enero de 2013

MATAR A UNO PARA ALABAR A OTRO


El fútbol, en Primera División, ha vuelto tras las fiestas de Navidad y lo ha hecho con el mismo tema de conversación con el que se despidió el 2012. El Barça de Tito Vilanova batiendo récords junto a Leo Messi, el Real Madrid a 16 puntos de los blaugrana y el Atlético de Madrid realizando una campaña formidable. ¿Y qué? Nada de todo eso tiene la repercusión de la polémica suplencia de Íker Casillas en favor de Antonio Adán. La decisión de José Mourinho de sentar al capitán blanco no ha dejado a nadie indiferente y son muchas las versiones y las opiniones que se han vertido entorno a este suceso.

Se puede interpretar de muchas formas pero lo que está claro es que Mourinho no es precisamente tonto. Él sabe perfectamente quién es Íker Casillas y lo que este representa para el madridismo. Ningún entrenador se echa piedras sobre su tejado y pensar que está precipitando su destitución lo considero un comentario demasiado simple. A Mou hay todavía algo que le sigue uniendo al Madrid y es el deseo frenético de lograr la que sería la décima Champions del club madrileño. Por eso, el luso seguirá y estoy convencido de que lo hará con Íker bajo los palos, al menos en Europa, en un torneo que reclama la experiencia y la calidad del que es el mejor portero del mundo. En mi opinión, Mourinho ha querido dar un golpe de autoridad. Su elevado ego ha provocado una necesaria muestra de poder, para que todo el mundo pueda comprobar que no hay nadie por encima suyo. ¿Por qué este golpe de autoridad? La sensación es que el técnico luso no se siente respaldado por su capitán en sus intenciones y dinámica de actuación. Hechos como la conversación telefónica con Xavi Hernández, tras el "pack" de clásicos, o las continuas filtraciones a la prensa han servido de sospechas a Mourinho.

Y en todo este río de noticias existe una tercera persona y no deberíamos olvidarnos de ella. Es Antonio Adán. Mourinho, en rueda de prensa, habló de "falta de respeto" hacia el canterano madridista. Y sí, coincido en pensar que no ha sido correcto el trato mediático que ha recibido Adán. Recuerdo que César Sánchez tuvo que vivir algo parecido durante su etapa como portero del Real Madrid y definió la situación con una frase muy significativa, que vale para muchos casos y que debería hacer pensar a unos cuantos: "No es necesario matar a uno para alabar a otro". Adán lo ha pasado mal en un momento de su carrera que había soñado desde pequeño. Le gustaría haberlo podido disfrutar, pero no lo ha hecho a causa de la cantidad de críticas que han girado entorno a su persona, por parte de todos aquellos que han pretendido acrecentar la figura de Casillas ante estos momentos de dudas.

En el fútbol está visto y comprobado que no hay nadie imprescindible. No entiendo a Casillas, ni a ningún otro jugador, como una pieza intocable ni como ningún "monumento", ni comprendo tal crispación social por la suplencia de un jugador. Mourinho ha tomado esta decisión y veremos como transcurren las siguiente semanas por Chamartín. Lo que está claro es que Mou es el entrenador y este debe ser soberano, siempre por encima de sus jugadores.